martes, 12 de mayo de 2009

Madrigal

(para mi hermano fernando pérez)


Entramos profundamente en el laberinto de las paradojas: un madrigal.

La búsqueda de la verdad es ancestral pero se nos hace crisis, la búsqueda de la verdad a costa de arrancarnos la piel, la búsqueda de la pureza inicial pretende alzarse a desgarrar la vida, cortar hasta el fondo para entregarnos, para estar aptos a recibirte. Toma y daca casi religiosa, hasta las últimas consecuencias del amor o el desamor, pero verdad pura.

Encontrar la moral-moral debajo de la doble moral, bajo la mentira, bajo la máscara, la trampa, el desinterés del no interés aparencial. La traición hasta la complacencia. La ventana abierta, la mirada perfecta. Ni siquiera la belleza de la belleza sino la de la in convención, el juramento sin jurar, la vuelta al espejo. Lo crucial.

Una vez , hace años, se me salió un “poema”:

OFERTA ESPECIAL

Se ofrecen ángeles
completamente gratis
en pomos de cristal
conservados en almíbar
frescos cascos dorados aterciopelados...

CAUTION:

No los exponga a la luz
no los agite antes de usarlos
cuidado con la fermentación.

Saltan las tapas de los envases
despliegan sus alas frente al crepúsculo
opacan el cielo del atardecer
se ocultan en las copas de los árboles
y en las noches

asaltan a los transeúntes
para devorarlos.


Ayer, a la salida del madrigal me asaltaron los demonios, o los ángeles, la seducción del dia después, de la tumba de Julieta, de la catacumba de Stalker, o Kundera, de la tragedia shakesperiana de lo fatal inevitable. El fascismo o la inquisición del Opus Dei,
idénticos extremos hacia el séptimo círculo.

Más líbranos de todo madrigal, amén..

el amor no reclama
se inclina suavemente sobre tu rostro
para hacer resbalar su aliento
sobre tus mejillas

Ahí está
El espacio en el muro
espera por nosotros, ahí salpica la ola intermitente
El horizonte va a irse enrojeciendo
y el teléfono permanece descolgado,
El mensaje no ha llegado a este correo,
De las cartas escritas en papel ni se mencione.

En cambio
sabemos de esta ausencia
-nos es reconocible-
sabemos,
-o creemos saber-
-o no sabemos-
de alguna vez que no sucedió.

El teléfono dejó de sonar ocupado
y ya te habías marchado.

No supe antes –ni lo hubiéramos sabido-
Qué relación teníamos
qué mundo hubiéramos vivido:

Hijos,
novios,
amantes,
padres sobre protectores,
rivales, oponentes…
No importaba
No importa. Sería
ese edificio
de apartamentos del amor.

Pero sabíamos bien
que nos queríamos mucho,
que nos amábamos tanto,
que nos necesitamos para hablar
para callarnos
para la sonrisa
la crítica
el regaño
las lágrimas
las recomendaciones
consultas
cuchicheos
un que te quiero
Toda la verdad

Y pasar la noche bajo la enredadera de piscualas
con la orilla del mar asomándose a los pies
bajo el cielo del Bay Say
o las estrellas de San Juan
los techos de Xalapa
las ilusiones del Tverskoi Boulevard

Caminamos Prado abajo
hacemos equilibrio sobre el muro
-que el malecón nunca se da por enterado-
desprendemos con las uñas la moneda oxidada adherida a las piedras
o arrojamos la piedra desde la montaña hacia las luces de Cayey allí debajo.
Y aprenderás a decir tus primeras palabras
a la salida de la Escuela
y no te estorbarán tus manos –que ya sabrás manejarlas-,
porque llevas esa estrella entre tus cejas
y el asteroide B12, ya sabemos que es pura fantasía, pero también sabemos
que nos hemos querido,
de alguna forma,
de cualquiera
-da lo mismo-.

Lo que desconocemos
-porque nadie se a atrevido a enterarnos-
es que un planeta
-quizás el de nosotros-
se está derrumbando
YA, EN ESTE MOMENTO

y no va a darnos tiempo a despedirnos

Enrique, febrero 13/2007

No hay comentarios: