martes, 29 de abril de 2014

Enrique Pineda Barnet: ni piedras, ni cuchillos.

Escrito por  Rosa Fernández / Cubasi
Ni piedras ni cuchillos (2014), de Yoel Suárez

Entre las propuestas del recién finalizado Festival Imago, de cine universitario, se encuentra el documental “Ni piedras, ni cuchillos”, del joven realizador Yoel Suárez.

El nombre de Enrique Pineda Barnet ha quedado grabado en la historia del cine cubano desde 1989. El largometraje La Bella de la Alhambra lo catapultó de tal manera que lo hizo merecedor de un premio Goya.

Yoel Suárez estudiante de la Facultad de Comunicación, resume en el documental, lo más profundo de la vida de Enrique, esas historias que a veces quedan olvidadas y representan mucho en la vida de un hombre.

El material de corto metraje, filmado con motivo de la celebración de su 80 cumpleaños, nos remite a un Barnet profundo, sin luces ni claquetas, al Barnet que no cree que su obra maestra sea La Bella de la Alhambra sino un pequeño corto de ficción llamado First, que filmó casi sin recursos.

En 25 minutos el realizador narra y describe sucesos importantes de quien fuera merecedor del Premio Nacional de Cine en 2006, cuenta sus experiencias, sus sueños, sus esperanzas; porque Enrique no para de soñar.

«El acercamiento a su obra comenzó como parte de otro proyecto que terminó formando parte de un libro –explica Yoel Suárez-. Sin embargo, la empatía que se creó entre nosotros, y la aptitud comunicacional de Enrique, me alentó a trabajar en un material que recogiera aristas poco abordadas de su vida. La filmación duró dos días».

A pesar de que la vida le ha dado muchos palos, no guarda rencor, explica en el material. Es justamente esa la razón del nombre de la cinta: “ni piedras, ni cuchillos”; ni odios, ni resentimientos.

El documental está grabado con muy pocos recursos. Todo el tiempo se utilizaron casetes mini- DV y es el resultado de una producción que ensarta sucesos y experiencias de la vida de Barnet, en diferentes períodos.

Según explica su director, fue imprescindible para la filmación, la colaboración del Club Victoria, de la Federación de Cine Clubes de Cuba. Institución que apuesta por el trabajo de quienes se inician en el mundo del cine.

“Uno no puede vivir contra el pasado, porque el remordimiento siempre sale”, es una de las máximas que defiende el afamado director. Nos cuenta Yoel que la mayor satisfacción que le ha traído el documental es que el propio Enrique lo tenga como uno de los materiales fílmicos que mejor lo retrata.

El joven director y guionista, no solo toma como pretexto esa obra tan rica de Pineda Barnet, para indagar en su interioridad. «El rodaje se desarrolló mayormente en su casa –cuenta Yoel-. Desde ahí revela no sólo las ideas que lo definen; sino además, los objetos que lo acompañan. Y ese mundo íntimo también ha sido captado: la jícara en la que bebía café su abuelo mambí; la reproducción en miniatura del bote en que se lanzó al mar su primer alumno “balsero”. La historia cubana -de la que también es parte Enrique- lo acompaña a diario, vela su sueño, lo invita a hablar por ella; y todo eso traté de recogerlo en el documental».

Grandes conflictos, más que institucionales personales. Momentos, pensamientos y sobre todo la voluntad de proseguir, quedan explícitos en el documental y nos remiten a un cineasta que el tiempo no ha permitido que deje de enseñar.

Fuente: CUBASI

1 comentario:

Manuel dijo...

Querido Enrique, cuanto me gratifica saber que tanta gente joven admira, disfruta y se crece con tu obra y tu historia como artista y creador. Eres merecedor de este y otros tantos materiales que seguro estan por llegar. Dios te de larga vida para sigas acompañandones en carne y hueso, porque en spirited ya hace tiempo te ganaste la eternidad.
Sabes cuanto te quiero y te admiro.
Un abrazo de tu Dr. Chiringa