martes, 8 de septiembre de 2009

BAR NEURALGIA

Querido Magdiel:
He leído con alegría la noticia de que filmarás con Cary Ravelo un largo Titulado Cafe Neuralgia. No te imaginas mi emoción y felicidad.

Te adjunto algo que escribí al regreso de mi último viaje a Miami, creo que en 1997, con una amorosa memoria a mis amigos de allá. Un beso inmenso

enrique.

BAR NEURALGIA.

La vìspera de mi partida del ùltimo viaje a Miami, mi amigo Pedrito Salas, el fotògrafo, me lleva a que vea los cambios de la calle 8. Los cubanos de la otra orilla estàn tratando de reanimarla, sacarla de su marasmo y vulgaridad. Abren un teatro, galerìas, el ùltimo candidato a alcalde hace un recorrido por la calle seguido de fotògrafos, guatacas ambi-orilleros, halalevas ambi-orilleros, oportunistas ambi-orilleros, putas mejor vestidas que las putas mal vestidas en La Habana de la otra orilla, pero con igual mal gusto. La misma imagen politiquera de mis años 40. Me encuentro en una esquina a Orlando Montanà, contento, feliz, realizado, con mujer linda, ha dejado atràs la ironìa o por lo menos la amargura, luce feliz.

Pedrito me lleva al Bar Neuralgia –en Miami todo se pone de moda, aunque dure poco-, como ocurrìa en La Habana. El Neuralgia no es el Nostalgia que ya se fue para South Beach a buscar clientela de màs paga. Ahora el Nostalgia se volviò el Hoy como Ayer y pasò a ser lo mismo que no es lo mismo pero es igual. Ya no es moda.

La moda trata de imponerse en el Neuralgia.

Entramos. Estrecho –como el antiguo “J and J” - largo y estrecho, maltrecho, como si fuera de la calle Monte. Oscuro naturalmente, semioscuro. Barra de madera larga a la izquierda, llena de luces intermitentes, espejos, botellas, y cuanta mierda cabe en una barra de cafetucho cubano de cualquier lugar, desde una Virgen de la Caridad, anuncios de cualquier marca que regale un display cursi y llamativo –y si paga por que se le exhiba,mejor-, un girasol para Oshùn, un reloj elèctrico antìguo –que fue una vez OK gomez plata display-. Un cantinero que no oye, una cantinera con mucho pelo, muchas tetas, mucha barriga, que no entiende nada, conversa mucho, no oye nada màs que a quienes oye o quiere oir. Nada, laboral, ese es un lugar personal, exlusivamente para el deleite y las amistades del cantinero y la cantinera. Los demàs parroquianos son obstàculos necesarios para sacarles la propina, robarle los dedos del drink màs caro, malservirles, darse el gusto de ser importantes, tener un pequeño poder, una tribuna, un confesionario, una pantalla de telenovela, en fin.

Entramos. Canta en medio del pasillo estrecho, Juan Charrasqueado, a lo mejor no es Juan Charrasqueado pero es la misma estampa del mismo Juan Charrasqueado de los 40, de los 50, de los 60, de los 80. Vestido de charro, franela o lana negra, con chapas metàlicas, sombrero de ranchero, botas negras no lustrosas, cinturòn ancho para el revòlver que no lleva o el que lleva de mentiritas, plàstico, de agua, o barata imitaciòn. Bigotudo, como Bigote de Gato aquel gran sujeto. No, no lleva guitarra, se ha modernizado. Lleva un radio de baterìa, enorme, tan grande como la guitarra que no lleva, y lo lleva al hombro, porque el radio es radio-casetera y en el casette canta a todo meter el Charro Mexicano –que no es el que lleva la radio-casetera, porque el que lleva la radio-casetera es el que dobla al Charro Mexicano, da igual quien sea, que canta en la casetera, para que le incorpore su cuerpo, su traje de franela negra enchapado, su bigote de gato, su “pistola al cinto” y su sombrero de charro y su diente de plata, èste, el legìtimo y ùnico Juan Charrasqueado, artista exclusivo del “Bar Neuralgia Fla”. de la que no se alivia ni con Aspirina ni con Advil.

El Bar Neuralgia tiene una decoraciòn original, no se parece a nada. Sucio, oscuro, estrecho, en las paredes letreros con graffiti, creyòn de labios, marcadores, con textos exclusivos : “soy el que soy”, “Pepe y Pepa se aman”, “Love Pepa”, “Pepota la grande estuvo aquì”,” aquì estuvo Pepe en pelota”, “Pepe el de Cascajal estuvo aquì”, “ Pepe el ùnico”, “Pepòn el machaso”, “Pepe Horca te comiste la mazorca”, “Pepito te hace un cuento”, “Pepe el Mayor”, “Pepe el Grande”, “Pepe the bigest”, “Que viva la Pepa,” “los pepillos son los mejores”, “Pepin gomez”, “Pepin gabriel”, “Pepin gandìo en el Neuraljia”, “Jossie the best”, “Pep -si –cola” , “Jef el Jefe”...

Y canta Charrasqueado. Y veràs que original es este lugar, està de moda, ya no hay màs que hablar. Entra –si puedes- àbrete paso pese a la franela negra del charrasqueado que aunque en Miami hay desodorante tambièn hay gente que cuida sus costumbres de no usarlo. Identidad cultural. Abran paso. Entra., brother, ven pa cà.

Termina Juan Charrasqueado, al fin, y pasa el sombrero de charro sudado para el artista cubano,porque Juan diente de plata es cubano con vocaciòn de charro que se lo aprendiò en el Cine Negrete cuando se bajaba en el Prado de la guagua de Cascajal y veía las pelìculas esas, las que sì eran buenas y se entendìan, de Tito Guizar y Jorge Negrete, el dueño del cine que se echò hasta a Marìa Feliz. Y vive de eso, triunfando, en Miami, brother, le va de lo màs bien , en el mejor cabaret de la Florida, El Neuralgia –que dicen que lo comprò y todo, con las propinas, brother, que allì con las propinas cualquiera puede tener un Buick-.

Y al fin se calla, menos mal que se calla, hay Juanes Charrasqueados que nunca se callan –y eso que tienen pistola al cinto de las de verdad y van acompañados por mariachis hasta los dientes.

Y se anuncia a Jaffa, la “beli-dancer”, que es ovacionada por tres residentes, y aparece ella, blanquìsima, sensual, toda piel, apenas cubierta por un brasier brocado en Damasco y unos flequitos que le cubren el pudor, y unos aretes màs grandes que los flequitos que le cuelgan de las orejas blanquìsimas, como de nieve, y trèmula y pàlida y llega y comienzan las flautas y las panderetas y el ombligo, el ombligo de la luna contonèandose primero lentamente como un chicle como de azmicle, como de nieve tambièn, que dicen mal no es barriga, que se mueve como las olas en su danzar del vientre en ambos ventrìculos, superior e inferior y ondulea y ondulea mientras sus brazos tambièn ondulean y mueven hasta las uñas finas larguìsimas que brillan en la semioscuridad de la neuralgia y el velito que cubre la boca que se adivina, divina, y la perla, la perla de la mora tambièn tremola en su frente, la frente que màs se amara en la vida, como la frente de mi niña que le picara una abeja y odulea y ondulea en la semioscuridad de la neuralgia con nostalgia, hoy como ayer, que yo te sigo mirando mi bien, mientras onduleas en la oscuridad oscura ya de la neuralgia y suena la voz entre las flautas y las panderetas y grita...

-Enriquiiitoooo...

Y claro que puede haber otro Enriquito, pero solo un Enriquiiitooo... llamado desde la oscuridad de la neuralgia, como en las pesadillas de Hitchkock....Enriquitooo...

Y mirar de donde viene la voz de las escasas mesitas estrechas de atràs del fondo de la neuralgia una mesita oscura y una pareja oscura –no negros,no- en la oscuridad al final de la neuralgia, sin escalera, sin salida. Y el brazo fino de la mujer que tambièn ondulea y se alarga y me toma por la punta de mis dedos y se forma una sombra, una sola sombra larga...y me halan, me tiran....

-Enriquito, mi amooorrr....

No la conozco, te juro que no la conozco –si mi madre estuviera aquì me susurrarìa quièn es , con pelos y señales, y la ropa que tenìa puesta la ùltima vez que la vimos, pero mi madre no està esta vez-. Y me tira...y veo el pelo rizado, señora tentaciòn, la boca rojìsima, sus labios de rubì y sus dientes de perla –aquì no son de Perla , antes eran de Colgate, ahora no sè còmo se llama- y me sonrìe , no se sonrìe, abre la boca y se rìe y se cierran las negras y largas pestañas y parece que està cayendo la noche y se vuelve toda ojeras en que se ven las palmeras borrachas de neuralgia...y se da cuenta, claro que se da cuenta, cuando se abren de nuevo como un abanicar de pavoreales veo el brillo de su mirada inteligente, sin dudas inteligente, y lanza su voz de pavoreal de nuevo y se identifica...

-Vivien, Vivien Gide, Enriquito, no es posible que no te acuerdes de mì.

Y en seguida me pasa una pelìcula en flashback pero ahora es màs que subliminal en video-clip que se usa ahora y veo a Vivien Gide 40 años atràs, tan linda, no le diga linda, dìgale Camay, esplèndida, menuda, actriz en Teatro Studio, novia de Valeri, que cautivaba a todas las novias lindas de Teatro Studio, porque èl era galàn, galàn de noche y olìa a novedad, sin novedad en el frente. Y Vivien becada, becada en Miramar, porque convertimos los cuarteles en escuelas y las residencias de los ricos en albergues para becadas de los pobres y ella estudiaba o no estudiaba pero estaba becada o vivia en las residencias de las becadas en Miramar, y compartìa la casa con otras becadas que –como èramos ya internacionalistas- dan cabida a nuestras colegas hermanas y era la època de la invasiòn de la izquierda sureña al teatro cubano, y de la invasiòn de las muchachas y los muchachos orientales a La Habana que desde entonces no aguantaba más, y todo el mundo en un salcocho pero internacionalista y proletario en las residencias de becadas en Miramar. Y, parece que como Vivien era bella y atractiva y actriz interesante y estaba como llegando al candelero y tenìa un novio "de salir", pues una becada argentina intelectual y chic pero fea con granitos en la cara y mofletuda, habìa venido para construir el hombre y la mujer –que hay que separar y mencionar ambos gèneros porque ya “ los” no es abarcador de èl y ella sino solo de “ellos” y hay que decir ellas y ellos, pues la rioplatense vino a construir el hombre nuevo y la mujer nueva, y la mujer nueva no puede tener una moral sin dogmas y tiene que ser el ejemplo de la sociedad porque estàbamos discutiendo y analizando en profundidad los problemas de la superestructura con la Dra Grecia Cubacha y la integridad de las brigadistas con Helen Mill y la pureza de nuestro teatro con Jezabel Mortal, pues una joven,actriz, revolucionaria, no podìa estar llegando tarde en las noches del amor y del placer y andar con hombres para allà y para acà y cuando se encerraba en su habitaciòn –que nada màs y nada menos que tenìa una habitaciòn sin compartir, para ella sola-, pues al parecer se ponìa en funciones con su perro –que era un perro grandote Dos Bergman- y ellas, -ellas eran las demàs becadas y las que venìan a construir el hombre y la mujer nuevos y nuevas-, y miraban por las persianas y ella, ella era la argentina, y viò, con sus propios ojos de mujer nueva -igual que Henri Barbusse en el Infierno y que Alfredo de Musset en las Dos Noches del Amor y del Placer, como Fanny y Gamiani que hacìan de las suyas con perro y todo. Y eso habìa que denunciarlo, porque hay que limpiar esas lacras del pasado . Y Vivien fue a parar a los sòtanos de no sè que aparato de investigaciones y la interrogaron un montòn de dìas con focos en la cara y le preguntaron còmo lo hacìa, con quien lo hacia, còmo le gustaba màs y por què con el perro y no con uno y un montòn de cosas y ella negando y negando y ellos insistian, mientras afuera el novio galàn actor en silencio la buscaba por todas partes y su profesor como germánico intercedìa a todas sus instancias, porque èl tenìa historia respetable y se podìa dar el lujo, y al fin...sacaron a Vivien pero la tuvieron que mandar, como al carajo, pero se fue a Suecia, donde fue a parar como asistente de One Ber-man. Y desapareciò por muchos años.Como se mueren todas esas gentes que se van.

Y ahora viene a aparecer en la oscuridad neuràlgica esa mujer de pestañas espesas que concluyen las ojeras de maybelline Max Factor, llamàndome...

-Enriquiiitooo.... –como un abanicar de pavoreales.

Y que còmo estàs y como està La Habana y èste y aquel, muchacha cualquiera creerìa que te habìas muerto y mira que 20 años no es nada, ni me hables de Gardel que, no yo no le tengo rencor a los argentinos, por una no van a pagar todos. Y còmo està mi novio, mi ex, querido Volari. ¿Sigue tan lindo? Oye, el tiempo lo exagera todo, lo que estaba y lo que crece. ¿Le creciò algo? No,no, lo mismo.

-Mira te presento a...

Y de la sombra sales tu, se dibuja cual promesa el hombre que la acompaña en la mesita oscura y estrecha al final de la ausencia de escalera, donde la Beli-Dancer sigue en su ondular y ondular y aquel ombligo danza, se estira, se recoge, hace muecas, pucheros, se infla y se esconde, al ritmo de la pandereta y la flauta encantada que en vez de hacer subir a la serpiente hace subir la carne voluptuosa y blanca de la Beli-Dancer, que se me encima, baila evidentemente para mì, o es que danza siempre exclusivamente para uno. Y el hombre sale del breve espacio en que no estaba y me ofrece la mano, su mano, eternamente SU MANO.

-Nosotros ya nos conocemos.

-¿Nos conocemos?

-Nos conocemos.

¿Nos conocemos?

-Sì, apenas 10 años en casa de Ola Fervi, en una recepciòn que ella te diò de bienvenida donde fue todo el mundo y mucha gente quiso negar que habìa ido. Aquella reuniòn donde Andy Nalgo y George...¿George què? Te pidieron que fueras puente con la Otra Orilla para lograr un encuentro no polìtico con intelectuales jòvenes de allà, y verse en una tercera orilla ...Y ahora contradicen que ellos lo que exigìan era un encuentro polìtico, y que no eran dialogueros y en fin ... Pues bien, yo fuì el tipo que no te quiso dar la mano aquella noche...

-¿El Invasor?

-El de la Brigada, el que te dijo que habìa ido de patriota

-Sì, el que yo quise provocar por su cara àcida y le preguntè “Yo te he visto en alguna parte” y tù me contestaste “Como no sea de una càrcel cubana”, y me diste la espalda y al final de la madrugada, ya en nota te me acercaste y aquella noche maravilosa me diste la mano y un abrazo y me dijiste “hoy me la estoy jugando aquì porque yo estaba por el camino de la violencia y hoy he venido y comprendi ...” y te fuiste con los ojos aguados en la nota, y como un niño yo me quedé llorando. Tu eras el novio de Myrna Muria... si, Orlando....

-Sì, Orlando, deshauciado de Disneylandia y recogido por Virginia Woolf. Y tu sabes que despuès de aquella noche, mi vida cambiò y he ido a la Otra Orilla como 3 veces y me he buscado un montòn de problemas y voto con toda mi alma por el puente. Y te he buscado allá y no estabas tú, pero vi gente correr.

-Claro porque yo estaba en Pto Rico, pero sigo con mi verbo puentear. ¿Y cuàndo vuelves a La Habana? Ahora voy a estar.

-En cuanto llegue te llamo.

Y me viro para Vivien con los pavoreales entornados, y le pregunto

-¿Y tù què has hecho de mi pobre flor? ¿Cuàndo vas a La Habana?

-¿Yo? -salta ella-. Jamàs y nunca. Caminito, amigo, nunca màs volviò.

Y yo, ante el dilema paradógico del que vuelve y la que no vuelve y la Beli-Dancer haciendo sus ùltimas ondulaciones abdominales y su ombligo se detiene a la altura de mis ojos.

Ovaciòn, ahora sì que es ovaciòn cerrada de toda la Neuralgia. Y la Beli-Dancer saluda, sonrìe y anuncia

-Thanks, thanks. Señoras y señores, quiero dedicar mi danza de esta noche a mi profesor, aquì presente, Enriquito, que me impartiò hace años un Taller de Creaciòn por el que le estoy muy agradecida.

Y se tapa su objeto ondulante y se pone sus espejuelos y vuelve a ser, -para que yo la reconozca-, aquella muchacha tìmida en mi Work-shop en la oficina de mi amigo Gos en esta orilla años atràs.

Y la Neuralgia me invade y su saudade, y Pedrito me saca de allì, con sombrero de ala como el de Humphrey Bogart, y abrigo newyorkino como para Jack el destripador, pero en Londres. Y salgo desnudo, con el abrigo abierto, lleno de recato y desfachatez, para que me reciba y me despida la calle 8, desconcertado, en Miami, esa última e inolvidable vez.

1 comentario:

Fernán González dijo...

La Habana y Miami, dos extremos de un solo hilo.

Gracias por el relato, Enrique.

Me quedo con ganas de ver La Anunciación después de pasar por este blog. En el avance veo caras que no veía hace tiempo, por ejemplo, Héctor Noas, al que recuerdo entre los asiduos de la Cinemateca a finales de los setenta.

Un cordial saludo desde Londres.