Cine
El director Enrique Pineda Barnet estrena hoy Verde verde.
Por Wilfredo Cancio Isla
Con Verde verde, Enrique Pineda Barnet se ha lanzado en una aventura cinematográfica desafiante. A los 78 años, con una carrera marcada por riesgos estéticos, apuestas de experimentación e hitos de popularidad, el legendario cineasta se dispuso a librar la pelea final contra los demonios y las fobias que moldean el comportamiento de sus contemporáneos.
Verde verde, la película de Pineda Barnet que se estrena oficialmente este martes en La Habana, encara el tema de la homofobia en la sociedad cubana. Un médico de la marina mercante conoce a un informático con aspiraciones de piloto y ambos inician un tenso juego de seducciones que los enfrentará a los prejuicios y los fantasmas que gravitan sobre sus vidas.
Un elenco encabezado por los actores Héctor Noas, residente en España, Carlos Miguel Caballero, de Miami, y la diva Farah María, que interpreta una mítica dama seductoria, tiene a su cargo la realización de este filme incómodo y sórdido como pocos en la historia reciente del cine cubano.
De sus desvelos y aspiraciones con esta película conversó Pineda Barnet con CaféFuerte desde La Habana.
¿Qué significa Verde verde en su carrera cinematografica? ¿Cuánto de lo acumulado y expresado en otras obras se sintetiza aquí, o es esta una obra de rupturas?
Significa una obra, como First (1996) y otras, en las que intento decir y hacer pensar sobre mis inquietudes. Lo que me motivó a hacerla fue mi vida entera, mis preferencias y mis decisiones fundamentales en la vida.
¿Cómo la definiría? ¿Una película contra la homofobia, una obra por la diversidad y el amor, un alegato de libertad sentimental o un posicionamiento contra los prejuicios y el extremismo?
Un poco de cada cosa. Es contra la homofobia y contra todas las fobias, contra los odios, contra los rencores, contra las discriminaciones y las segregaciones de toda índole. Un alegato por el amor, la libertad sentimental, la libertad de credo, de culto, de preferencias, y un ataque a los extremismos. Y contra los prejuicios. Verde verde da maduro. Las fobias son una enfermedad terrible, lo mismo en el sexo que en la política. Los extremos terminan igualándose.
¿Cómo se generó este proyecto? ¿Es una obra que esperó años o se fraguó en fecha reciente?
Es una película que se fue gestando poco a poco, desde 1953, y que estalló en 1996 en First. Tenía menos de 17 años cuando escribí el poema Elegía del condenado. Lo escribí estudiando en el Instituto de la Víbora, y lo grabé con Carlos Piñeiro al piano, tocando a Debussy. Ese poema es el origen remoto de Verde verde.
¿Cuánto hay de autobiografía en esta película? ¿Poco o mucho?
En toda mi obra hay mucho de mí, pero no en esta precisamente. Hay mucho más en David [1967], en First.
Luego de su primera presentación en La Habana, el pasado diciembre, algunos consideraron a Verde verde como una suerte de Brokeback Mountain cubano, por la carga de erotismo homosexual que contiene. ¿Te sientes cómodo con esta apreciación?
No, de ninguna manera. A mi modo de ver, Brokeback Mountain no encaja para nada en la cultura cubana. Tampoco me gusta la idea de hacer este tipo de comparaciones.
En 1993, Fresa y Chocolate, el filme de Tomás Gutiérrez Alea, marcó un hito en el cine cubano respecto a la presentación de un tema que era objeto dee intolerancia política y sexual. ¿Qué ha cambiado en el cine y la sociedad cubanos entre Fresa y chocolate y Verde verde?
Fresa y chocolate fue un hito en el orden temático. Verde verde es otra cuestión. No creo que deban tomarse como etapas de un mismo problema. En cuanto a las suspicacias del ambiente, no hay nada nuevo, el término es tan viejo como nosotros, pero la gente se va abriendo y creciendo inevitablemente.
¿Qué criterios seguiste para seleccionar el elenco? ¿Intenta ser también un espejo de lo que es hoy la cubanidad, repartida entre la isla y la diáspora?
El punto de partida para este elenco estriba en el guión mismo. Quería que ambos personajes fueran atractivos y seductores, sin deslumbramientos hollywoodenses, viriles y no en los extremos de edades ni apariencias. La Dama Seductora debía ser una diva lejana en la memoria, como Edipo frente a su paradigmática ilusión.
¿Qué fue lo más difícil de hacer en esta película?
Contenerla hasta sus topes.
¿Cómo quieres que los cubanos la asuman?
No quiero que la asuman precisamente. Quiero que la piensen, que la analicen con sinceridad, sin protegerse.
¿Qué piensa hacer Enrique Pineda Barnet después de Verde Verde?
Fuente: Café Fuerte
3 comentarios:
Pésima ¿película? Afianza el discurso del Partido Comunista expuesto en Granma en 1980, cuando los sucesos del Mariel: homosexuales, en este caso un puto, no médico, sino enfermero, unido a droga y a un crímen. Quizás la idea fue buena, pero el resultado peor no pudo ser. Esta cinta aumentará, si acaso, los niveles de homofolia en la Isla y, como mínimo, la seguirá mezclando con lo más bajo y nauseabundo de la sociedad. De todas formas no me preocupa mucho su repercusión. No repercutirá ni llegará a parte alguna. Es demasiado mala.
Cuanta envidia, resentimiento, frustración, anónimo, no sabes lo que dices. Eres en el fondo un gran homófobo.
VERDE VERDE; GRAN FILME CUBANO DE TODOS LOS TIEMPOS: BRAVO ENRIQUE PINEDA BARNET
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