martes, 12 de mayo de 2009

EN JULIO COMO EN SEPTIEMBRE

(sobre Julio García Espinosa)

Si usted es de los que piensan que conoce a determinado cineasta porque ha perseguido su obra, o ha leído sus entrevistas, declaraciones y artículos. O porque ha indagado en su vida, analizando sus acciones o contradicciones, conceptos y estilo. Porque se ha hecho un retrato hablado de su personalidad a través de lo que le ofrece la informática al servicio de su curiosidad…usted pudiera acercarse a estar en lo cierto.

Pero si ese cineasta que usted cree conocer es Julio García Espinosa, puedo decirle con certeza que usted, como yo, estamos equivocados. Un análisis bien escueto pero rico en
referencias, profundo e inteligente como su autor, Ambrosio Fornet , nos deja fuera de terreno en este intento. Y sin embargo, aunque en verdad no se equivoca, sí nos deja un camino inexplorado inevitablemente: el hombre dentro del hombre.

Julio García Espinosa es en efecto el hacedor y quebrador de imágenes, conceptos y criterios establecidos, es el hombre siempre a la vanguardia, rompiendo lanzas y molinos, desentrañando quijotes o sanchos y volviéndolos sus opuestos. Julio es , en efecto, fundador y vanguardia de cuanto movimiento de avanzada se trate, demistificador, renovador de lenguajes, malabarista de conceptos convirtiendo conejos en sombreros , trapecista y alhambrista de riesgos en operaciones de estrategias entre el arte y la industria, entre la poética , el análisis y la alquimia, traduciendo de lo popular a lo culto y viceversa, paradigma y paradoja de sí mismo y de su cine. Maestro, director, amigo, socio, Puede usted dedicarse, sin llegar al aburrimiento, una noche entera de google-buscador para enterarse someramente de quién es este hombre que puede estremecerle de ternura o menearle una rumba de cajón como el negrito más jocoso y picaresco del batey.
En conclusión, ese Julio García Espinosa que no se cree ni a sí mismo cumpliendo 80 años, es una carcajada cargada de ironía que puede llevarnos hasta el llanto de la felicidad. Sabiamente repite con frecuencia: “yo escojo hasta mis disgustos”. Y lo ha
hecho consecuentemente.

Enrique Pineda Barnet
Septiembre del 2006

No hay comentarios: