Estimado lector:
Previo a leer este breve libro, sugerimos que
vea el filme de Enrique Pineda Barnet, FIRST (1997) de alrededor de 15 minutos
y al cual puede acceder a continuación.
Muchas gracias:
ÍNDICE
La semilla……………………………………………………………………….p.4
A.N.A……………………………………………………………..……………..p.13
FIRST (ver texto completo en ANEXO)……………………………………………p.18
Ø NACIMIENTO…………………………………………………………...p.18
Ø PRIMERO NO FUE EL VERBO……………………………………….p.20
Ø CRECIMIENTO………………………………………………………….p.24
v Escenografía…………………………………………………….p.28
v Fotografía………………………………………………………..p.36
v Vestuario…………………………………………………………p.37
v Música…………………………………………………………...p.39
ANEXO…………………………………………………………………………..p.44
“Tenemos
que crear ‘sistemas viables’,
capaces
de sobrevivir en circunstancias de turbulencia”.
Enrique Pineda Barnet en
‘33 recomendaciones para un alumno estimable’
LA SEMILLA
Un niño mira a través de la ventana de su cuarto. El cielo azul del Caribe se le
antoja sagrado, entonces reza. Reza por lo que siente y no comprende y porque
no sabe si el dios al que suele ir a buscar a las iglesias se escribe con
mayúscula o minúscula.
Mira por
la ventana y ya no ve el cielo ni las otras casas ni las aceras ni los carros.
Ni siquiera escucha el taconeo elegante de una dama que regresa o que, quizá,
se está alejando. Ni percibe el perfume de aquella mujer porque desconoce,
todavía, que años más tarde atesorará un sensual aroma que quedará en un
pañuelo de seda escondido para siempre.
Enrique se
mira por dentro y piensa en su propia libertad, en qué será la ‘libertad’, eso
que intuye y que no sabe bien cómo nombrarla.
“Tal vez -piensa- lo mío sea la escritura”.
Y sin
saber cómo ni cuándo se vio a sí mismo con una hoja en blanco escribiendo palabras
suyas que parecían de otros.
A mediados
de los años ‘40 –siglo XX- Enrique escribió cuentos y poemas que fueron
publicados en periódicos, en revistas nacionales y extranjeras. Años después, a
los diecinueve, estrena su primera obra de teatro: ‘Cambula’. Llegará 1953 y
con él aparecerán varios cuentos escritos entre los doce y trece años. Ese año nacerá
‘7 cuentos para antes de un suicidio’,
libro que servirá de base para una de sus obras fundamentales, no tan conocida
por el público, pero que, sin embargo, será el pilar que acompañará a Enrique
Pineda Barnet durante el resto de su creación y de su vida: ‘First’ (1996).
En el prólogo de este libro
de cuentos se lee:
“Este es
mi libro.
“Este es
mi libro, primer libro, libro de juventud.
“Y es de
juventud, pese a la angustia que derrama, pese a que trae consigo un dolor de
frustraciones y una impotencia de salvar lo que se ha idealizado.
“Es mi
libro de adolescente, mi libro traído en cristal oscuro, colmado de
desesperanzas, de dolor ante la vida prematura de un mundo insincero.
“Con él
concebí lo negativo que hay en la existencia, y después de él he comprendido
que también puede haber luz aquí donde es oscuro.
“Es feo,
está lleno de grietas sucias, que vi más sucias por haber sido miradas por vez
primera y con susceptibilidad agitada. Pero es mi libro.
“Yo lo
quiero, en él me hice el drenaje de la mente que tanto envenena el alma (…).
“…Solamente
desfloro a los hombres y los desnudo de sus impurezas, intento hacer brotar sus
pensamientos innobles…”
Pineda Barnet expresa aquí que “solamente”
desflora a los hombres… ¿por qué? La respuesta que me ofrecerá el ya
experimentado director de cine y maestro, será que
“detrás de eso
hay una cierta posición existencialista. Por supuesto que si había una
influencia en mí, en ese momento, era del existencialismo. Era una literatura
que yo devoraba, pero aparte de eso, era una manera de vivir, una manera de
actuar, una manera de sentir. Yo no sé si era propiamente religioso porque fui
religioso de niño y espontáneamente; no tenía nada que ver con mi familia que
no era particularmente religiosa. Fui a la Iglesia y de repente la Iglesia me
deslumbró y el mundo espiritual de la Iglesia me fascinaba y leía a los
jesuitas, a San Agustín, leía a los filósofos católicos, quería ser un poco el
niño mártir que es muerto llevando en sus manos la eucaristía. Estaba en una
ansiedad de purificación, eso era lo que me perseguía y, al mismo tiempo, me
sentía sumamente pecador, y como me sentía un pecador permanente, llegó un
momento en que esa sensación de pecado me hacía necesitar de una fuerte
purificación, cosa que, en definitiva, está latente”.
Enrique
fluctuaba entre las Confesiones de San Agustín (354-430),
que le susurraban que aprender las cosas “equivale a verlas interiormente en sí mismas tal cual
son, pero sin imágenes…”, y -aun cuando no fuera
totalmente consciente de ello- el pensamiento del filósofo y teólogo danés,
Soren Kierkegaard (1813-1855), cuando este declaraba en su diario que tenía que
encontrar “una idea” por la que pudiera “vivir o morir”.
Indiscutiblemente, Pineda
Barnet iría descubriendo sus diferentes vocaciones: escritor, publicista,
actor, maestro, dramaturgo, director de cine. Lo cierto es que todos los
caminos lo llevarían al arte.
“El hombre no es más que un pedazo de
carne movido burlonamente al antojo de una mano impalpable y desconocida (...).
“No hay
razón de ser.
“¿Para
qué la lucha? ¿Para qué la
búsqueda de nuevos horizontes?
“Nada
tiene razón de existencia. El hombre es un pedazo de carne movido por un
mecanismo abstracto que ni siquiera el mismo hombre conoce…”.
Continúa
escribiendo aquel joven en el prólogo de su libro, con un pesimismo adulto, de
hombre cansado de ser herido por, al decir del poeta César Vallejo, los “…golpes como los del odio de Dios” (1), con un pesimismo como el de Emile Cioran
(1911-1995), para quien las decepciones lo “…han
precedido siempre” (2).
El propio
Pineda Barnet me dijo mientras conversábamos acerca de ‘7 cuentos para antes de un suicidio’ que
“la semilla de ‘First’ está en todo el libro y en
todo el prólogo. En ninguno de los cuentos está específicamente esa esencia, pero sí en
el libro”.
---------------------------------
(1) César Vallejo, poema ‘Los
Heraldos Negros’.
(2) Cioran, Emile Michel. Extraído
del libro ‘Ese maldito yo’,
publicado por Tusquets Editores en su colección ‘Marginales’.
No será ‘La Bella del
Alhambra’ la obra que mostrará en su plenitud el pensamiento de Enrique Pineda
Barnet, sino es ‘First’ el que, prácticamente inadvertido, se convirtió para el
propio artista en su eslabón fundamental.
Aquel escepticismo adolescente,
latente en aquellos cuentos, con los años dará paso a la esperanza. En aquel
prólogo había también señalado que alguna vez
“me brotarán los
pensamientos sanos y los traeré con el mismo amor que traigo estos”.
De esta manera, si el artista muestra la violencia de
un mundo que no ha aprendido a vivir en paz, también invitará a la unión, a puentear…puentear,
pero no en el sentido de pasar por alto lo que vale la pena, sino en el sentido
de acercar orillas, de puentear como unión porque, tal como
lo ha expresado el propio Pineda Barnet, debemos encontrar nuestro “verbo activo” para poder hallar “su acción
interna”. Puentear para llegar al otro, para que
los otros se encuentren entre sí, ser él mismo un puente para reunir, tal
como lo expresara a través del testamento del filme ‘La Anunciación’ (2009):
“Queridos hijos: creo que al
menos haya sido capaz de enseñarles a ser honrados; es la única virtud de la
que me siento orgulloso. Ojalá estén verdaderamente juntos al leer esta carta.
Ámense por encima de las diferencias, que no hay mayor amparo que nosotros
mismos. Papá”.
Para Pineda Barnet:
“‘La Anunciación’ es una de las
muestras desarrolladas de ‘First’, pero hay muchas más. ‘First’ es la semilla
de ‘La Anunciación’, como, también, es la semilla de ‘Verde Verde’, otra
muestra desarrollada de ‘First’".
***
Varios libros viejos en silencio se
apilaban. Alguien me dijo que había uno que podía interesarme.
De hojas ocres y resquebrajadas, asomó entre tantos títulos y leves
nubes de polvo antiguo, aquel pequeño libro: ‘7 cuentos para antes de un suicidio’. Recuerdo que me llamó la
atención que su autor fuera el Premio Nacional de Cinematografía 2006, Enrique
Pineda Barnet.
Sobre la ajada tapa apenas puede distinguirse que aquel libro había sido
confeccionado en la Imprenta Arroyo, en La Habana, en el año 1953.
‘7 cuentos para antes de un
suicidio’ fue publicado, según cuenta el cineasta,
“gracias a las
Juventudes Musicales, porque en el actual teatro Amadeo Roldán, en el Auditórium
había un piso alto que era para la gente que tenía interés cultural, pero no
tenía plata para comprar las entradas, y por 25 centavos te dejaban subir para
oír el concierto en el gallinero. Esos jóvenes reunieron el dinero. Después yo
les devolvía lo que habían gastado dándoles ejemplares del libro”.
Para quienes tenemos devoción por los libros,
para quienes sentir el aroma a libro viejo es un ensayo de recuerdos, aquel
hallazgo me resultó fascinante. ¿Qué habría detrás de esa cubierta desgajada
por los años?
Volví a respirarlo como si en él buscara tiempos que, sabía, no me pertenecían,
entonces pedacitos de papel maltratado volaron hacia el suelo. Al girar la
primera hoja pude ver que aquel libro que ocupaba un lugar más entre otros
libros, tenía escrita una dedicatoria con tinta azul, una dedicatoria para
seres que nada tenían que ver con este tiempo ni con aquel lugar ni con
aquellas personas ajenas. Una letra azul –ahora pálido-, escrita de manera
oblicua, de arriba abajo, de izquierda a derecha, decía:
“A Bertha y Ma. Teresa; crisálidas, libélulas, sinfonías y suicidios.
Cariñosamente. E. Barnet. 4-2-53”.
El porqué llegó este libro a mis manos lo
atribuyo a uno de esos tantos laberintos que nos suele tejer la vida.
Ahora me quedaba saber quiénes eran esas mujeres. Y, por supuesto,
Enrique me lo contó:
“María Teresa del Valle era una profesora mía en el Instituto de
bachillerato, en 1952, 1953…ella tenía mucha empatía conmigo, nos llevábamos
muy bien y, además, me estimulaba mucho. Yo acababa de publicar mi librito y
María Teresa estaba muy contenta con aquello, entonces ofreció llevarme a la
casa de una amiga que había regresado de México. La tal amiga vivía en una
especie de palacete veneciano, de dos o tres pisos, en El Vedado, en la calle A
entre 21 y 23. Era la casa de la pintora Berta Bonet, de una familia rica de
Cuba igual que María Teresa.
“Berta Bonet, pintora, vivía en México y vino a Cuba con sus pinturas,
con sus cuadros.
“La casa, por dentro, era verdaderamente una joya, era un museo de
piezas interesantísimas, y ella, según íbamos caminando, me iba explicando con
una minuciosidad tremenda cada objeto, cada detalle. En un momento determinado
se paró ante un crucifijo que había sido de San Luis Gonzaga (1568-1591) y entonces me dijo:
“Yo te regalo este crucifijo”…aquello podía ser medieval…era de ébano y tenía
la figura de Cristo en marfil. Bueno….con los años, un día fui a tocar el
crucifijo y estaba vacío, la madera era nada más la cáscara y me quedé con el
Cristo de marfil en la mano. Ella me regaló eso y este anillo que tengo puesto
-Enrique me lo enseña-. Es un anillo
mexicano…después, una persona que me es muy querida fue a México a buscar otro
idéntico para tener uno conmigo…Esa persona murió con el anillo puesto. Este otro
se partió en mi dedo una noche cuando estaba dormido…-Enrique recuerda en
silencio y luego continúa narrando-.
Bertha también me regaló un pañuelo de seda que todavía tengo, color vino, que aún
guarda el perfume de esa señora. Nunca he lavado ese pañuelo.
“Bertha Bonet era una pintora muy interesante y a mí se me antoja que
estaba artísticamente emparentada a Leonora Carrington (inglesa radicada en México) y a otras
pintoras mexicanas de la época, y estas estaban, a su vez, bajo la influencia
de los pintores mexicanos del momento como Frida Kahlo…pero no se parecía a
ella ni a ninguno de los muralistas mexicanos. Era una onda muy personal. No
tengo una sola imagen de los cuadros de Bertha Bonet. Y nunca más supe de ella,
nunca más la vi. Me dio mucha energía, mucha cosa interesante, positiva, pero
ahí se terminó la historia de mi dedicatoria”.
Lo cierto es que este libro representaría mucho más que una catarsis
adolescente. No obstante, para que el pensamiento de Pineda Barnet se
consolidara artísticamente en ‘First’ (1996), primero debieron transcurrir
varios años, años de creación y de pedagogía.
Enrique fue
el ‘primer maestro voluntario’ en 1960. En la Sierra Maestra, sin mayor
material que el que le proponían sus deseos, creó una escuela taller, atípica, de
arte, juegos y teatro. Lleva años desarrollando su vocación de maestro. Ese
‘ida y vuelta’ con sus alumnos, finalmente tuvo un nombre allá por la década
del ‘90 –siglo XX-: A.N.A.
A.N.A
¿Qué es A.N.A.? Pues no es otra cosa que un modo de vivir el arte, los pasos
que propone Pineda Barnet para vivir en arte. Y con integrantes de
A.N.A. se filmó ‘First’.
A.N.A., plantea el cineasta en su blog Puentear,
“es un taller de creatividad artística, y un conjunto de talleres que
incluyen: concepción y análisis dramático de guiones, dirección cinematográfica
y actoral para cine, televisión, video, radio...al mismo tiempo válidos para
cualquier manifestación de arte o de perfil socio-cultural….
“A.N.A. funciona como una especie de ‘sacacorchos’ para que salte el
impulso creador. Indagando en la identidad individual -afirmándola- así como en
la riqueza de la diversidad, ejercitando el valor de la crítica, ensanchando la
flexibilidad y amplitud de horizontes conceptuales…
“A.N.A. trabaja la propulsión y desarrollo de las potencialidades
creativas de los participantes, y el análisis de los obstáculos e inhibiciones
que se le oponen”.
Pero,
¿qué significan estas siglas?: Arca
Nariz Alhambre.
“ARCA, porque rescata
las cosas olvidadas, innombradas, abandonadas. Es el Arca del No-es.
“NARIZ, porque husmea,
indaga, busca. Y es la parte más pronunciada del cuerpo humano. Órgano de
aplicación erótica en ciertas culturas orientales.
“ALHAMBRE, con h intermedia, en homenaje al Alhambra
(teatro), y por cuanto el alhambre es inherente a la comunicación, y es también
horizonte, y cuerda para el equilibrio y riesgo”.
Para su
creador,
“A.N.A. no es un
fin sino un punto de partida, abrir nuevos caminos, realizarse. A.N.A. no es
una institución, ni asociación, ni siquiera un grupo. A.N.A. es una
circunstancia, si acaso”.
Asimismo,
el 30 de marzo de 1994, Pineda Barnet ofreció 33 recomendaciones para quienes
aspiran a subirse al ‘Arca del No-es’. Recomendaciones que, además de señalar
caminos artísticos, dan muestra de ese puentear por el cual aboga.
Algunas
de esas recomendaciones son:
“BÚSQUESE UN ESPEJO: a) para
complacer su narcisismo - b) para mirarse a los ojos (si puede) - c) para
interrogarse: ¿quién soy? ¿qué soy? ¿qué pienso, siento, etc.? ¿de dónde vengo?
¿a dónde voy? Concrete su identidad (haga una visita al mercado popular de su
ciudad, otra al parque y otra al cementerio)…
“CRITIQUE todo lo que
esté a su alcance -y lo que está fuera de su alcance, ya que casi siempre
idealizamos lo inalcanzable. Sea implacable. Trate de cambiarlo todo, no solo
rectifique sino modifique, mejore, haga cambios hasta el fondo, vírelo todo al
revés.
“La modestia, oculta, disimula, empaña y -por ende engaña-. Es un
estorbo para la justa valoración de las cosas…
“Es conveniente pasar por el mal rato de autovalorarse…
“Encuentre su conflicto y será la base de su solución...
“Encuentre su verbo activo y encontrará su acción interna.
“Encuentre su sentimiento predominante y hallará el tono que marcará su
obra.
“Recordemos: Identidad
personal y cultural. Hegemonía de decisión.
Democratización posible y/o necesaria. Apertura a recursos materiales que no impliquen concesiones de creación. Cuidar los logros obtenidos, sin aferrarse a ellos como mitificaciones. Pluralismo de ideas (tormenta en el cerebro). Cada mezcla puede implicar un enriquecimiento. (Ver mestizaje, sincretismo, etc.) - capacidad de cambio…
Democratización posible y/o necesaria. Apertura a recursos materiales que no impliquen concesiones de creación. Cuidar los logros obtenidos, sin aferrarse a ellos como mitificaciones. Pluralismo de ideas (tormenta en el cerebro). Cada mezcla puede implicar un enriquecimiento. (Ver mestizaje, sincretismo, etc.) - capacidad de cambio…
“La generalización va acompañada de la intolerancia, y juntas, de la
injusticia…
“ARRIÉSGALO
TODO, VIVE EN LA CUERDA FLOJA, traspásala. Esa sensación única tiene el precio único de...vivir.
“COMUNÍCATE aunque tengas que
abrirte el pecho…
“Para hacer ruptura -lo cual a veces es necesario-, hay que conocer bien
lo que se rompe…
“ÓYELO TODO, sé receptivo.
Y haz...lo que te dé la gana.
“LAS FRASES LAPIDARIAS tienen
razón...pero se equivocan…
“La censura es una forma de castrar de los impotentes -ríete de ellos,
cuando puedas- ...
“Nadie tiene que aceptar que le perdonen la vida. El paternalismo es tan
agresivo como la discriminación, sólo que disimula…
“…Tender puentes no es exclusivo de los ingenieros, ni de la mano de
Dios. Así pues...a puentear” .
Además, Enrique me contó sobre el logo que identifica a A.N.A. y que se
observa en la presentación del corto ‘First’ (1997):
“El taller tiene un logo que lo hizo Rapi
Diego que perteneció a otros talleres anteriores. Nos faltaba un fono. En otro
taller de creatividad que tuve en Caracas, a sus alumnos les pedimos el fono de
‘First’ que a partir de la dramaturgia de ‘Arca Nariz Alhambre’, estaba
vinculado a aquello del equilibrio, de la cuerda floja. Entonces yo pedí que me
buscaran el sonido del Niágara, del cruce sobre el Niágara basándome en la obra
‘El cruce sobre el Niágara’. A dos muchachos del taller de Venezuela se les
ocurrió que ‘First’ tenía esa imagen de “usted primero” y, como imagen, se
convirtió en el pase de verónica del torero. De ahí vino que un auditórium de
un ruedo de toros dijera: “¡Ole…!”, y ese es el sonido de haciendo equilibrio
sobre el Niágara”.
En Cuba,
A.N.A. tuvo mayor presencia durante los años ‘90. Los fundadores de este
peculiar taller en la Isla fueron: Pablo Massip, Said de la Cruz (vive en Costa
Rica), Fidel Pérez Cárdenas (vive en Caracas), Katiuska Piñeiro (vive en
Madrid), César Augusto Rodríguez (vive en Chicago), Yanez (vive en España) y,
por supuesto, el propio Pineda Barnet.
Por aquellos
días, la idea de ‘First’ todavía no rondaba por la mente de Pineda Barnet. No
fue hasta 1996, en Puerto Rico, cuando comenzó a gestarse.
FIRST (ver texto completo en ANEXO)
“- Usted.
“- Usted primero.
“- No, usted.
“- Usted primero.
“- Usted.
“- De ninguna manera. Usted.
“- Dije que usted primero…”
Ø NACIMIENTO
Un hombre lleva el triunfo marcado en las cartas; sin embargo apenas puede
disfrutarlo. Enrique está solo en Puerto Rico y sus sentimientos son
fuertemente encontrados:
“Había pasado por España, Miami y estaba en Puerto Rico. Había conocido
muchos exiliados cubanos, había conocido exiliados de los que yo les llamo los
‘exiliados que se mejoraron’, es decir, que se mejoraron a sí mismos. Encontré
gente que no tenía rencor con nada de Cuba, que era gente muy honesta…antes uno
tenía la imagen de que el exiliado era el maldito y yo, al contrario, encontré
exiliados que me parecieron gente buenísima, gente extraordinaria”.
Fue
entonces, en ese redescubrimiento de sus compatriotas, que ‘First’ comenzó a concebirse:
“Tuve la discusión conmigo y con ellos acerca de dónde comenzó la culpa,
dónde comenzó el estado de gracia. De ahí me agarré y plasmé lo que se ve en
‘First’, esa lucha entre el bien y el mal, el sentimiento de la culpa que está
asociado con el sentimiento del pecado. Había un poco de pecado original en
todo eso, pero esas cosas uno las escribe primero y luego les hace el análisis
dramatúrgico”.
Pineda
Barnet advierte que los cubanos que se habían marchado de la Isla no necesariamente
odiaban al país que había tejido sus raíces; observa que hay una culpa que pasa
de orilla a orilla, una culpa que nadie quiere asumir y así, el cineasta
comprende que los años habían transcurrido sin que nadie supiera, con precisión,
de qué se culpaban ni para qué se culpaban ni siquiera si existía culpa alguna.
Descubre que hay una madurez que los une.
Enrique
siente que existe una palabra que ronda su mente y que atraviesa todo aquello
que está viviendo. Aquella palabra es ‘libertad’; se zambulle en ella para
indagar acerca de qué es lo que lleva a algunos de sus coterráneos a plantearse
la mutua acusación como modo de vida y extraña comunicación. Seres humanos
separados por diversas razones -algo que en la sociedad cubana es un trazo que
deja gruesa marca en el espíritu-, personas que pueden estar años señalándose
unas a las otras.
Ø PRIMERO NO FUE EL VERBO…
…En ‘First’, más bien, el comienzo fue un respetuoso “usted primero”, una amabilidad que se va volviendo, poco a poco,
agresividad, inculpaciones mutuas, unas tras otras…
“- Ustedes empezaron con el odio.
“- Con el amor.
“- Con el odio.
“- Con el amor.
“- Con el odio, con la roña.
“- Con el amor. Con el
deseo.
“- Con la ambición.
“- Con los sueños.
“- Con la mentira.
“- Con la verdad.
“- Hipocresía.
“- Y miedo.
“- Con la traición…
“- Con la traición.
“- El crimen.
“- Ajusticiamiento.
“- La revancha. La
venganza.
“- La reivindicación.
“- La
competencia…”.
Reproches
cruzados para, finalmente, asumir con amargura que se ha perdido un tiempo
valioso que jamás volverá, aunque, pese a todo, nunca será tarde para un abrazo
reconciliador: “¡Mira que perdemos tiempo!”, dice el protagonista abrazándose
a un espejo que, momentos antes, ha quebrado.
Al
terminar surge un “amén” que, más allá de un sentido bíblico, religioso, está
dicho con la entonación de su verdadero sentido sagrado, de ese “que
así sea”: que así sea ese abrazo demorado que al mismo tiempo que une,
purifica.
‘First’
fue concebido como poema, mas, luego de un análisis dramatúrgico, Enrique lo
convirtió en monólogo de teatro:
“Yo estaba en
ese momento impartiendo un taller de dramaturgia y un taller de actuación en
universidades de Puerto Rico; finalmente, un grupo de amigos muy cercanos,
puertorriqueños, me propone que haga la puesta en escena”.
Esa obra
de teatro ha sido grabada en video y transmitida por televisión…‘First’ ¿es una
pieza teatral? ¿Es un corto de ficción? La respuesta será:
“‘First’ no es
un corto de ficción ni es una obra de teatro filmada. Yo quería que ‘First’
fuera un trabajo digital que abarcara cine, teatro, puesta en escena e
instalación plástica”.
Ya
escrita la obra, ¿dónde hacerla? La propuesta no se hizo esperar: se haría en
un restorán café llamado ‘El Budista’, en Puerto Rico, muy cerca de la frontera
del viejo San Juan y la ciudad principal:
“Ese restorán budista me ofreció su escenario excelente. Hicieron una
gran convocatoria y reunieron el dinero de las entradas para regalármelo,
porque como yo estaba allí y en cuanto a la ley Helms – Burton (3) no podía
cobrar, pues ellos, para resarcirme de alguna manera, buscaron donaciones para
la entrada. Entonces el músico puertorriqueño Luis Enrique Juliá, un
músico muy valioso, una persona muy linda, muy querida, me dijo: ‘Vamos a
montar unas cuantas canciones para que las cantes y vamos a montar la puesta
en escena’. Entonces yo canté las canciones y, casualmente, me dice Luis
Enrique Juliá: ‘Yo te puedo acompañar, pero necesito una partitura’. Fuimos a
su casa; él tenía un closet lleno de partituras y, de repente, me dice: ‘Mira,
una cosa de tu compatriota Carlos Fariña. Aquí está la ‘Canción Triste’. Yo me
quedé perplejo y le dije: ‘Espérate, yo le hice la letra a la ‘Canción Triste’;
el texto es mío’. Es de ‘Soy Cuba’ (4) cuando estábamos haciendo esa película,
Carlos hizo la música y yo hice la letra”, refirió Enrique Pineda Barnet.
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(3) Aplicada en 1996
por el Congreso de Estados Unidos. Por esta ley se penalizaba a las empresas
que mantuvieran relaciones comerciales con otras radicadas en la Isla.
(4) Filme cubano-soviético de 1962 dirigido por Mijaill Kalatosov.
La
cuestión fue que en una noche donde todos los puntos coinciden para que ilumine
la mejor estrella, el propio director y maestro se subió al escenario dispuesto
en el restorán puertorriqueño ‘El Budista’:
“Les canté la
‘Canción Triste’ acompañado por Luis Enrique Juliá. Luego hice la puesta en
escena de ‘First’.
“Yo pregunté si
me podía quedar desnudo en el restorán y me dijeron que sí, que era una puesta
en escena, que era una cosa de arte y no tenían prejuicios. Ese fue el estreno
de ‘First’. Yo me sentí muy emocionado. Alguien me lo grabó en un videíto de
mano, en una camarita mala, se veía mal, se oía mal, no tenía luz, pero tenía
la referencia”.
Ø CRECIMIENTO
“-… La
culpa.
“- La
culpa.
“- La
culpa, la culpa ¿de qué?
“- De la
culpa.
“-
Ustedes empezaron.
“-
Ustedes primero.
“- No,
ustedes.
“- Pero empezar, empezar…empezaron
ustedes.
“- ¿Cuál
era el comienzo?
“-
Ustedes
“-
¿Nosotros?
“- Ellos
“- Ellos
empezaron
“- ¿Cuál
era el comienzo?
“- Caín y
Abel, si acaso…”
Pero aquí, ¿quién es Abel y quién es Caín? En ‘First’, el protagonista y su
reflejo en el espejo son ambos Caín y Abel, a veces uno más Abel que el otro,
otras veces, alguno más Caín, pero siempre hermanos. El protagonista y su
reflejo es el mismo ser. Uno mirándose a sí mismo en el interior del otro.
Desde
aquel encuentro existencialista que sobrecogió a Pineda Barnet en Puerto Rico,
hasta la primera puesta en escena en ese mismo país, hubo un tiempo simultáneo de
siembra y cosecha:
“Cuando regresé a La Habana mis alumnos de acá me insistieron para
hacerlo. Me dijeron: ‘Eso hay que filmarlo, hay que grabarlo’. Yo dije que a mí
no me quedaba bien, que no podía hacerlo. Entonces Héctor Eduardo (en aquel entonces Héctor Eduardo Suárez y desde hace ya bastante
tiempo, Héctor Noas) siempre fue mi
alumno destacado y realmente querido, es un hijo asumido…y le pedí a Héctor que
lo hiciera. Él estaba fascinado con el texto. Enseguida aceptó y lo hicimos con
el grupo de creación ‘Arca, Nariz, Alhambre’”.
Fue poner
nuevamente los pies en la Isla y recibir el apoyo incondicional de sus alumnos
para llevar adelante ‘First’. Uno de los que brindó su trabajo fue Tomás Piard,
quien se desempeñó como co-director. Al respecto, Piard comentó que, para él, ‘First’
“fue un proceso de aprendizaje, de crecimiento como
creador. En este sentido fue una clase magistral a la cual tuve la suerte de
asistir. ‘First’ fue, para mí, un cambio de vida. Desde esa experiencia yo no
he sido el mismo de antes como ser humano creador”.
Comenzaron
las ideas, las reuniones y todo se fue armando paso a paso.
Héctor
Noas sería el protagonista, no había dudas al respecto. El actor cubano, en
conversaciones vía correo electrónico, me refirió:
“Una vez
que Enrique regresó de Puerto Rico después de estar allá impartiendo varios
talleres de Dirección, me mostró dos trabajos que había concebido allá. Estos
eran: BREAKFAST y FIRST. Ambos muy interesantes por la cantidad de cosas que
sugerían, y hablamos de la posibilidad de hacerlos en teatro. Para mí, como
actor, FIRST era muy atrayente. La posibilidad de hacer dos personajes a la
vez, aunque ambos forman parte de un todo, era un reto a tener en cuenta. Un
día Enrique me dijo que junto al Grupo iba a llevar a cabo la realización de
FIRST, pero en video, y quería contar conmigo. ¡En ese momento me quise morir!
Estaba metido en varios proyectos a la vez: una co-producción con el ICAIC (Instituto
Cubano de Arte e Industria Cinematográficos),
un trabajo con la televisión y una obra de teatro -si mal no recuerdo estaba
ensayando ‘El Rey Lear’, y eso era agotador-. Si no llega a ser porque se
trataba de Enrique, no hubiera aceptado aunque el proyecto fuera demasiado
atractivo. Cuando lo volví a leer, solo me preguntaba: ‘¿Cómo voy a hacer esto,
en qué tiempo, con qué energía?’ La preocupación se tornó en angustia cuando
comencé el trabajo de mesa con Enrique y Tomás Piard. El análisis riguroso de
cada palabra y que cada una de ellas respondiera a una acción interna
determinada, me hacía salir de los encuentros con las cosas más claras, pero
cada vez más preocupado. Lo que me atrapó de FIRST, además de su riqueza en
niveles de lectura e imágenes internas, fue la posibilidad de hacer algo que
marcaría en mí, como actor, un punto de giro. Creo que después de FIRST me
convertí en otro tipo de actor. Que alguien a quien admiraba y agradecía tantas
enseñanzas me confiara un trabajo así, era, además de un compromiso, una manera
de demostrarle y demostrarme a mí mismo que había valido la pena tanto esfuerzo
para ser actor. Nunca me hubiera perdonado no haber aceptado el reto aunque
éste implicara dejar de dormir o comer”.
Este actor debió
desdoblarse en dos: el protagonista se enfrenta a ese ‘otro’ que no es más que
‘el mismo’, ese otro que lo observa desde un espejo que refleja el interior de
todo ser humano. Enrique Pineda Barnet habla así de ese hombre que hace vivir
‘First’, del tipo de ser humano que le da vida:
“En principio es un hombre atemporal, hasta bíblico
si se quiere. Y es igualmente universal. Es y asume todas las personas del
verbo: YO, TÚ (USTED), ÉL, NOSOTROS, USTEDES, ELLOS. Es EL HOMBRE, el ser humano, uno y otro, el mismo indivisible…iguales…iguales”.
Enrique alude aquí al siguiente fragmento del
texto:
“- Ellos empezaron.
“- Con el odio.
“- Con los celos.
“- Con la envidia.
“- Con la revancha.
“- La venganza.
“- Con lo mismo. Iguales…iguales…
“- Ellos, nosotros…nosotros, ellos…Ellos pueden ser nosotros, nosotros,
ellos”.
Pero, ¿qué ‘hombre’ es el que ha
cruzado los años que van de 1997 –año de filmación de ‘First’- a estos años del
siglo XXI por los cuales vamos transcurriendo? Muy probablemente, no es tan diferente
al que se miraba al espejo y preguntaba quién había sido primero o quién tenía
la culpa ni tan diferente al que aunaba en sí distintos modos de pensar.
Continuando con el modo en que fue
creciendo ‘First’, haré referencia a los diferentes elementos que le dieron
vida, además de la creación y dirección de Pineda Barnet:
v Escenografía:
El cineasta expresó que
“el espacio utilizado recrea los basureros del
pintor Tomás Sánchez, donde, entre escombros y aridez, surge un fuego
espontáneo que puede quemarlo todo o iluminarlo. Es un basurero donde cada
miembro del staff botó alguna pieza importante para sí, en un acto de
desprendimiento”.
El objeto arrojado por Enrique Pineda Barnet fue uno de los más queridos
por él: “Una foto preciosa de mi madre”.
¿Por qué escogió un basurero como
escenografía?, porque, me dirá el director, “quería
mostrar los límites, el desprendimiento”.
Es así que, por un lado, hay un hombre que queda
desnudo con su esencia humana en carne viva, y por el otro, está la basura que
corroe, basura sobre la cual, el propio ser humano deberá erguirse indemne.
Si bien la escenografía estuvo a cargo de José
Amat, la inspiración la dio el pintor cubano Tomás Sánchez. Al respecto, el
artista plástico, en comunicación mantenida a través del correo electrónico -desde
hace años vive en Costa Rica- me comentó:
“Acerca del cuadro, es ‘Hombre Crucificado en
el Basurero’; representa a la humanidad más que a la figura de Jesús. Para mí
mismo ese cuadro tiene varias lecturas. Represento al ser humano impotente ante
el problema generado por su propio consumismo. Sin duda, casi todos los humanos
estamos en una profunda crisis espiritual, y esta es la causa de la crisis
ecológica: llenamos el mundo de basura porque también nuestra mente está llena
de basura. Las emociones negativas, los deseos insaciables siempre
insatisfechos, nuestra condición de sentirnos separados, mejores o peores que
los demás, siempre comparándonos”.
Y,
específicamente sobre ‘First’, Sánchez indicó:
“Siento el no tener una memoria clara de la noche en que vi ‘First’ en
casa de Enrique. Solo recuerdo que estábamos allí unos pocos amigos. Me gustó
mucho, sobre todo el discurso del personaje y la fotografía. Desde
que decidí exponer mis fotografías he estado recordando las conversaciones que teníamos
con Enrique sobre cine. Creo que una vez le dije que podía ver, sin cansarme,
la peor de las películas si la fotografía era buena, pero que no creía que
existiese buen cine sin buenas imágenes. Y respecto de la actuación de Héctor, hizo un
trabajo magnífico con el monólogo y la expresión corporal”.
Además,
declaró que le hubiera gustado mucho hacer él mismo la escenografía, algo que,
por distintas circunstancias, no pudo realizar. Se destaca que este corto, Pineda Barnet lo ha dedicado a Tomás
Sánchez “por haber creído”.
En la escenografía aludida, pese a que se trata de un basurero donde
todo está corrompido, roto, chamuscado, sucio, existe, sin embargo -más allá
del hombre en sí con su vestuario y desnudez-, una pequeña llama, un fuego mínimo que la cámara atrapa: el
lente va y viene por aquellos desperdicios, pero se demora en aquella luz que
parece luchar por sobrevivir entre los escombros, por mostrar y ocultar a la
vez:
“Hay escombros y aridez…allí surge un
fuego espontáneo que puede quemarlo todo o iluminarlo”, me dirá Enrique.
Pero, ¿qué es este fuego? Tal vez hay quienes puedan pensar que se trata
del renacer del Ave Fénix, ave legendaria que era consumida por el fuego cada
quinientos años, para, desde las cenizas, dar paso a un ave joven y bella,
capaz de futuro.
No obstante, a mí me gusta pensar que ese pequeño fuego que aparece en
cámara, casi como si estuviese cobijado por dos manos invisibles que evitan su
extinción, es más bien el fuego que Prometeo robó a los dioses para los
hombres, para que el ser humano pudiera elevarse y sobresalir, marcar la
diferencia.
En ‘First’, ese fuego, pese a las desavenencias entre los seres humanos,
continúa resistiendo incluso entre las ruinas y, a diferencia del Ave Fénix,
este fuego nunca se ha apagado, no ha tenido que resucitar porque siempre se ha
mantenido vivo. Un fuego débil que no puede dañar, un fuego que apenas alcanza
a dar luz a lo que lo rodea. Como diría Pineda Barnet, es un fuego “espontáneo”, y como escribiera en el
prólogo de su libro de cuentos,
“…he
comprendido que también puede haber luz aquí donde es oscuro”.
Entonces, por qué
no preguntarnos ¿qué hay detrás de esa mínima llama persistente que no quiere
ser iluminado, descubierto, mirado, encontrado? ¿Qué parte tiene luz en
nosotros y cuál no?
Por otro lado,
Enrique, amante de los símbolos capaces de expresar nuestro mundo interior,
hace referencia a uno de los objetos más importantes de la obra: el espejo,
objeto que adquiere, también, categoría de protagonista. Para el Premio
Nacional de Cine 2006,
“el espejo es la
posibilidad de ver el otro lado de la vida. Allí las personas se miran, se
interrogan, acusan, reconocen…”
Y si de simbología hablamos,
el espejo utilizado en ‘First’ es el original que aparece en el filme ‘La bella
del Alhambra’:
“- Mírese ahí, ¿Se ve bien? Lo que tiene que aprender son cosas…cosas de
la vida que le sirvan para la escena. El lenguaje de las manos…las manos son el
espejo del alma”,
dirá el amigo de Rachel
(Beatriz Valdés), Adolfito -interpretado por el actor cubano Carlos Cruz- mientras ella, guiada, comienza a
descubrir en esa imagen que le devuelve el espejo, poses y miradas, juegos con
el contoneo de su cuerpo. Para Pineda Barnet ya no son ‘los ojos’ el espejo del
alma sino ‘las manos’ que se mecen, suavemente, transmitiendo un interior
que, a veces, puede ser triste, otras alegre, otras, seductor.
Ese mismo símbolo aparecerá veinte años después en ‘La Anunciación’
(2009), y estará también en ‘Verde Verde’ (2011).
Héctor
Noas, también uno de los protagonistas de ‘La Anunciación’, en un momento dado
lanza un guiño y, sin mencionarlo, evoca a ‘First’. En una escena, él está
hastiado de tanta carga, toda la familia espera a la hermana que vendrá de
visita desde el extranjero. Todos en la casa, bajo la supervisión de la madre
(Verónica Lynn), deben vestirse con la mejor ropa que posean, situación que
desagrada al personaje de Héctor Noas, Ricardo, pues siente que no pertenece a
esa ropaje impuesto, que todo forma parte de una comedia. En un instante,
ofuscado, se sienta en el borde de la cama y se mira al espejo ubicado en la
puerta de un armario. Allí lanza una frase que es la misma que está escrita en
el parlamento de ‘First’: “¡Usted, nadie
más que usted!”, dice molesto con él y con el otro que lo mira -igual que
en ‘First’-, y arroja una ropa hacia ese espejo / lente de la cámara.
Una interesante anécdota sobre este espejo de ‘La Bella del
Alhambra’ y de ‘First’ –objeto que ya es parte indeleble de la historia del
cine cubano- que el personaje del corto rompe con una piedra, la contó el
director de Fotografía, Pablo Massip:
“El espejo era el original de ‘La Bella del Alhambra’ y ese espejo NO se
puede romper. Entonces, para el momento en que Héctor lo tiene que destrozar
con una piedra, buscamos otro espejo y le pusimos un acrílico transparente
encima, además de la red propia de la escenografía, para que no saltaran los
pedazos rotos sobre Héctor -creo que lo que más lo protegió fue la película de
plástico, porque todos los trozos se quedaron pegados allí-. Héctor rompe ese
espejo que, por supuesto, no es el de ‘La Bella del Alhambra’, y se filma.
Luego tuvimos que levantar la película de nylon, dibujar todas las astillas y
ponérselas en el espejo verdadero de ‘La Bella del Alhambra’ y así está: parece
que está roto. Por suerte estaba Pepe Amat como ambientador que ya había
trabajado con Enrique. Además estaba Héctor que es un tremendo actor; por
ejemplo, cuando él rompe ese espejo está descargando todo de sí, y recuerdo que
él se me acercó y me dijo: ‘Pase lo que pase tú sigue filmando. Ni se te ocurra
apagar ni cortar la cámara’”.
También es en ‘Verde Verde’ donde el espejo
está presente, no como objeto propiamente dicho, sino como símbolo. En esta
película el cineasta se atreve con el tema de la homofobia.
En ‘Verde Verde’, los laberintos
interiores que recorre con su mente uno de los personajes, Carlos –interpretado
por el actor cubano Carlos Miguel Caballero-, son el reflejo de su ser, y si
bien aquí no existen espejos que miren su interior, en cambio es el espectador
el que actúa como espejo que mira hacia el interior de ese personaje
conflictivo, un espectador que puede o no aplaudir la actitud de este
personaje; un espectador que podrá reconocerse en él o salir huyendo de él. En
‘Verde Verde’ el espectador es el espejo en el cual el personaje se mira y un
espejo donde el público también se mira.
Del
mismo modo, un ‘charco de agua’ refleja el rostro enardecido de Carlos, un Narciso
enloquecido que se mira absorto en ese espejo de agua nacido de su propio yo
atormentado.
Otro objeto
presente en la escenografía de ‘First’ es la red. Red surgida de la
necesidad allá en Puerto Rico, en el restorán ‘El Budista’:
“Cuando hago la puesta en escena
de ‘First’, ya haciéndola, me doy cuenta de que estoy desprotegido, desnudo
ante el espejo que voy a romper y ahí pienso: ‘Ahora me voy a salpicar y me voy
a cortar’. Entonces se me ocurrió buscar una red que fue lo primero que vi.
Pensé en la red de los pescadores, la red bíblica y esto es lo mismo que le
tiro por encima al espejo y atrapo mi imagen en él; así creé una barrera
protectora para mi cuerpo desnudo”, cuenta el cineasta.
Señala, además, que “la
red es un ícono bíblico de varios significados”; es parte del ‘abrazo’ que
reconcilia.
La piedra que el protagonista arroja
contra ese espejo cubierto por la red es, para Pineda Barnet, “un fósil de agresividad”…una violencia
antigua, casi prehistórica, que se repite a través de los años y que mutila
cualquier comunicación.
Esa piedra que
rompe el espejo, que quiebra la imagen que al hombre menos le gusta de sí,
aquella que no quiere ver, es, también, un manotazo dado con rabia al aire para
asir lo bueno que se puede ir y para espantar lo que duele de uno mismo.
Luego de
ese quiebre de imagen, el gesto de arrojar la piedra al suelo es, en ‘First’,
un decir ‘basta de peleas, de rencores, de distanciamientos inútiles’; de
ningún modo es un acto de resignación ni de impotencia, es más bien el punto
final al distanciamiento y una apelación al puentear.
La canción
aniñada que interpreta el protagonista mientras se aleja unos pasos del
espejo… “¡Al ánimo, al ánimo, la fuente se rompió!”, es un
cantarse a sí mismo y al otro. Un canto
que es pensamiento: esa fuente / espejo que mostraba las dos caras se ha
quebrado para dar paso a un abrazo de reconciliación y a un darse cuenta del
tiempo que se ha perdido en rencores; resentimientos que cuando se les da forma
de palabras y se los analiza, se advierte que la mayoría de ellos ya dejó de
existir.
v Fotografía:
En ‘First’, el responsable de la Fotografía fue otro de los alumnos
aventajados de Pineda Barnet, fundador de A.N.A., quien acompañaría al director
en muchos trabajos más; se trata de Pablo Massip. La filmación, hecha con una Betacam
SP que le habían prestado por una noche a Pineda Barnet, representó un
verdadero reto para Massip:
“Recuerdo que
estaba en la Escuela de Cine pasando un taller de Edición y, al mismo tiempo,
estaba preparando ‘First’. Empecé en la Escuela a ver cómo solucionaba el
problema del espejo: yo me enfrentaba a un personaje delante de un espejo y
tenía que verlo a través de él, pero en la Escuela nadie me podía decir cómo
solucionar eso. Claro que se habían hecho películas donde se miraban en un
espejo, pero no de ese modo. De manera tal que tuve que enfrentarme a esta
situación y al juego con Héctor, del actor que responde a su imagen que al
mismo tiempo es él mismo y su contrario. Ese plano se repitió como doce veces,
pero fue en una sola noche. Se había hecho el trabajo de dramaturgia con
Enrique y ahí salió todo, todo…el punto de giro, el clímax, el desenlace, los
sucesos, todo lo de la metodología de Enrique que la puedes aplicar hasta en la
vida, fíjate. Te puedo decir que surgió una cosa entre el trabajo de Héctor y
yo que fue increíble. Hay partes en que Héctor se mira al espejo, se contesta,
se contesta, se mira, pero hay un momento en que Héctor se vira a cámara y me
contesta a mí, y eso es muy complicado de filmar por aquello del foco…hay que
venir aquí, hay que ir allá… (Pablo hace un
recorrido imaginario con las manos). Lo
otro fue que había que iluminar a Héctor y al basurero de tal forma que
recordara al cuadro de Tomás Sánchez; sin duda fue una gran experiencia”.
v Vestuario:
Hablamos de un desnudo en ‘First’, entonces, ¿a qué vestuario
podemos referirnos? Es que no siempre el protagonista aparece sin ropa. Este
juego de ropaje y desnudez estuvo a cargo de Dagne Ramírez y Elena Gómez.
El desnudo se realiza paulatinamente mientras el
protagonista habla, increpa, cuestiona, se sensibiliza con ‘el otro’, aquel que
habita el espejo y, por ende, lo habita.
A mi pregunta: ¿Considera que con su obra sigue
procurando desnudar a los hombres de sus impurezas?, el cineasta
me respondió:
“Sigo procurando desnudar al ser humano en toda su pureza e
impureza. Desnudarlos no obliga a limpiarlos ni purificarlos, sino mostrarlos
para entenderlos”.
Entonces le comenté el paralelismo que, a mi
entender, existía entre el desnudarse del cual habla en el
prólogo de su libro de cuentos que dice:
“Solamente desfloro a los hombres y los desnudo de
sus impurezas. Intento hacer brotar sus pensamientos innobles...”,
y el desnudarse de ‘First’, donde el protagonista queda sin defensas
frente a un espejo que no es otra cosa que el mirarse a sí mismo, con su pureza
e impureza. Al respecto, Enrique comentó:
“Desnudar no es arrancar, es
develar, exponer, quedarse en pura piel y siempre es el mismo significado, solo
que en circunstancias diferentes. Desnudarse es quitarse la piel para llegar
al inicio, para llegar al alma. Es no guardar nada, no tener ningún secreto. En
‘First’ ese hombre se está desnudando en la medida en que está luchando por
encontrar su verdad y por decir su verdad”.
Por el contrario, el vestuario tiene aquí
–nuevamente- un alto valor simbólico, dado que el hombre representado por
Héctor Noas es un hombre ‘atemporal’. Enrique
dará los detalles de este particular vestuario:
“Está inspirado en la foto de Martí en Jamaica. El
sombrero de paño es al estilo de Humprey Bogart; lo elegí porque quería que
tuviera otras connotaciones con el cine de los ‘40. Hasta los calzoncillos (5) representan
los del esposo de María Braun (6)”.
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(5) Comúnmente denominados en Cuba como
‘matapasiones’.
(6) Aquí el cineasta se refiere a la obra ‘El
matrimonio de Maria Braun’ (1978),
parábola de la Alemania de la posguerra a través de la vida de una mujer y sus
sucesivas parejas, cuyo director fue Rainer Werner Fassbinder, 1946-1982,
director, autor, actor y productor alemán.
En este vestuario también
está presente la marca “de una bikini de hombre contemporáneo”. Finalmente aparece el desnudo total, el
hombre indefenso y, al mismo tiempo, fuerte ante su esencia con las marcas que
le han dejado las ropas del tiempo…el hombre, también, liberado de ataduras
frente a su propia existencia:
“Fue quitándose las piezas, una a una, como capas
de piel en prueba de autenticidad”, comentará Pineda Barnet.
v Música:
Con relación a la música utilizada
en ‘First’, el director cuenta:
“Yo quería que Juan Piñera me diera una música
‘informática’, a partir de ahí, usamos el bolero de Ravel (7) al revés, para
dar esta vuelta jeroglífica de espiral y, al mismo tiempo, una danza de Ignacio
Cervantes (8) interpretada en un piano roto, malo, que tuviera las teclas malas.
Usamos un piano roto, pero buscamos un intérprete que le pusiera toda la pasión
(Eduardo Moras). Con el intérprete fue un tremendo lío porque él no aceptaba el
concepto de que tenía que tocar en un piano malo y ponerle toda la pasión. No
lo entendía de
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(7) Maurice Ravel, 1875-1937,
compositor francés.
(8) Insigne
compositor cubano.
esa manera. Entonces le hicimos dos versiones, una con el piano bueno y
otra con el malo, ya sabiendo que esta última era la que íbamos a utilizar. Él consideró,
después, un acto de traición que yo utilizara su versión mala; pero lo que yo
quería era precisamente eso: significar cómo el artista, en condiciones
pésimas, de turbulencia, puede poner a máximo la pasión, porque, además, la
danza de Cervantes se llama ‘Adiós Cuba’”.
Pineda
Barnet también recordará que, luego de muchos años, se encontró en Miami con el
pianista Eduardo Moras. En el momento del saludo, lo primero que le dijo el
músico al cineasta fue:
“Todavía no te
perdono”.
Es de destacar que ‘First’ fue transmitido una sola
vez en la televisión cubana, muy tarde por la noche, a inicios del siglo XXI.
El dato curioso es que también se exhibió en Miami, lo que provocó que uno de
los diarios importantes de esa ciudad estadounidense amaneciera con un titular
que hacía alusión -según comentó el propio cineasta- al “primer desnudo frontal masculino televisivo en Miami”. El programa
televisivo de Miami era ‘Luna Verde’, la transmisión de produjo a las 11 de la
noche, y su conductor fue el cubano Marcos Miranda.
‘First’ fue un trabajo nacido de la
necesidad existencial y de la urgencia de filmar, de seguir creando. Y filmar,
además, con escaso dinero, en una sola noche:
“Lo hicimos en
el fondo del escenario de la sala Avellaneda del Teatro Nacional, detrás de los
telones: delante se estaba celebrando un concierto mientras nosotros, detrás de
esos telones, estábamos montando ‘First’ para filmar en el momento. Filmamos
con todos los miembros del equipo”, comentó
Enrique.
Y así fue
creada esta obra, la obra que pasaría a ser la punta de lanza del pensamiento de
Enrique Pineda Barnet, trabajo donde su verbo interior puentear se haría más y
más profundo. Sería, además, el filme sobre el cual se asentaría la obra
posterior del cineasta y su propia vida, siempre puenteando para sumar,
nunca para dividir.
Para
finalizar, pregunté a Pineda Barnet qué creía que le daba vigencia a ‘First’, a lo que él
respondió:
“Su vigencia permanente está en el juego entre el
bien y el mal. La lucha de contrarios, guerra y paz”.
Así, ese puentear
que propone Enrique Pineda Barnet, el que está presente en ‘First’ y
hasta en la identificación real de su correo electrónico, no es más que
pensamiento y sentimiento vivos, perpetuados por un cineasta que cuando
escribió: “Usted primero”, no lo hizo
para ceder el paso de manera galante, sino para demorar el paso y obligarnos a
una profunda y sincera reflexión sobre nuestra condición humana, sobre la
necesidad imperiosa de mantenernos unidos, de seguir adelante, igual que lo
hace un pianista notable que ejecuta con la vida, una pieza sublime en un piano
desvencijado.
Así
somos.
-----------------------()-------------------------
ANEX0
I -
Texto de FIRST
(Así como nosotros)
Monólogo
En un basurero.
Personajes:
1. Yo
2. Otro
(Hombre
pegado de espaldas contra el espejo)
(Abre una
puerta e invita a pasar)
1- Usted.
(Se niega
amablemente, cede el paso)
2- Usted primero.
1-
No, usted,
2- Usted primero.
1- Usted.
2- De ninguna manera, usted.
(Ordena)
1- Dije que usted primero.
2- Usted, usted..
(Acusa)
1- Usted y nadie más que usted.
(Exige)
2-...Sí, yo llegué primero.
(Puntualiza)
1- No, usted fue el primero.
(Inculpa)
2- Usted empezó.
1-
Fue usted.
2- Ustedes.
1- Ustedes.
(Denuncia)
2- No, ustedes, ustedes empezaron.
1- Ustedes.
(Evade)
2- Bueno, ellos empezaron.
(Titubea)
(Acepta)
1- Nosotros, nosotros empezamos.
(Triunfante)
2- ¿Ya ve?
1- Nosotros, dije nosotros. Usted y yo, todos
empezamos
2- Ustedes empezaron con el odio.
1- Con el amor.
2- Con el odio.
1- Con el amor.
2- Con el odio, la roña.
1- Con el amor. Con el deseo.
2- Con la ambición.
1- Con los sueños.
2- Con la mentira.
1- Con la verdad.
2- La hipocresía.
1- Y ell miedo.
2- Con la traición.
1- Con la traición.
2- El crimen.
1- Ajusticiamiento.
2- La revancha, la venganza.
1- La reivindicación.
2- La competencia.
1- La deuda.
2- Envidia.
1- Arrogancia, prepotencia...
2- Tenacidad-.
1- Terquedad.
2- Firmeza.
1- Tozudez.
2- Constancia.
1- Reiteración.
(Se tapa
los oídos)
2- Conciencia.
1- Intolerancia.
2- Empecinamiento.
1- Rigidez.
2- Inflexibilidad.
1-Rrencor.
2- La culpa.
(Afirma)
1- La culpa.
2- ¿La culpa de qué?
1- De la culpa.
2- Ustedes empezaron.
1- Ustedes primero.
2- No, ustedes.
1- Pero empezar, empezar, empezaron ustedes.
2-¿Cuál era el comienzo?
1- Ustedes.
2- ¿Nosotros?
1- Ellos.
2- Ellos empezaron.
1-¿Cuál era el comienzo?
2- Caín y Abel, si acaso.
1- Entonces...
2- Ellos.
1- Ellos empezaron.
2- Con el odio.
1- Con los celos.
2- Con la envidia,
1- Con la revancha.
2- La venganza.
(Reflexiona)
1- Con lo mismo. Iguales- iguales.
(Juega
haciendo un péndulo con una red de pescar. La balancea de un extremo al otro,
canturreando).
1-2- Ellos, nosotros. Nosotros ellos. Ellos
pueden ser nosotros. Nosotros ellos.
(Al
público)
1-¿Ustedes?
(Escucha
una supuesta respuesta)
2-¿Yo? Ah, ¿yo?
(Sale del
juego)
1- Él, en todo caso él.
(Cubre el
espejo con la malla, lo atrapa - se vuelve de nuevo contra el espejo)
2- Con la sangre.
1- Con la sangre.
2- Con la ambición.
1- Con la soberbia.
2- Con la grandeza
1- Con el delirio será…
2- Obcecación.
1- Ese es el crimen.
2- Con la culpa.
1- Con la culpa.
2- Con el amor.
(Se queda
en el vacío...)
1- Con el amor...
2- ¿Con el amor? ¿Eso es amor?
1- Con el perdón.
2- ¿Eso es amor?
1- La flexibilidad.
2- ¿Eso es amor?
1- La tolerancia.
2- ¿Eso es amor?
1- Con respeto.
2- ¿Eso es amor?
1- Con el olvido.
2- ¿Eso es amor?
2- Con la memoria.
(Pausa)
(Piensa)
1- Eso es amor.
2- Con el recuerdo.
1- Eso... Es amor.
2- El cambio.
(Duda)
1- Eso es amor.
(Va a
reaccionar, pero precisa)
2- Con la nostalgia, ¿por qué no?
(Aclara)
1- ¡De lo bueno...!
(Aclara)
2-...Contigo.
1- ¿Conmigo?
2- Contigo.
1- Eso es amor.
2- ¿Contigo?
1- Amor.
(Se
vuelve de golpe frente al espejo - busca una piedra que está tirada tras él -
le cae a golpes, destrozando su imagen)
2- Por mi culpa, por tu culpa, por la grandísima
culpa.
(Da una
vuelta buscando que hacer con la piedra).
1- (Canta)
¡Al ánimo, al ánimo, la fuente se rompió!
(La tira
al público - vuelve a pararse
frente al espejo roto)
2- ¡Mira que perdemos tiempo!
(Se
abraza a su imagen destrozada)
Amén
dedicatoria:
a vuestros deudores.
(mas
líbranos del mal)
A Tomás
por haber creído
Enrique Pineda Barnet
Puerto Rico - 1996
Libro FIRST de María Laura Riba, Registro Bajo Propiedad Intelectual
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