martes, 12 de mayo de 2009

EL QUITASOL EN LA BARANDA

(A ESLINDA)

Ella desembarca

con la punta del pie delicado apenas perceptible

desembarca todos los dias

desembarca, constantemente desembarca,

el tabloncillo no cruje a su pisada

y en cambio, las gaviotas�

levantan el vuelo

y regresan a juguetear con ella.

Lleva

su parasol de encaje acrisolado

que vuela sus orlas al vientecillo de la tarde

-siempre es la tarde-

siempre es el vientecillo

cuando ella desembarca.

Entonces, ella sonr�e

y ocurre el milagro

y ella se desmaya

-porque el muelle se tambalea

porque el bote la dej� anodadada

porque el viento en las velas la estremece

porque se emociona con el regreso

porque ama intensamente y eso es demasiado-

y desembarca una y otra vez

y siempre es la sonrisa

y el desmayo

y la m�sica crece

porque yo me emociono

de verla

de saber que puede refinarlo todo

que puede convertir en gentileza

hasta mi groser�a.

Y la m�sica crece

y crece

y ella desembarca

con su pie delicado

y....-!no, no se desmaya!

porque Ella,

simplemente,

es la gaviota.


Enrique Pineda Barnet
Diciembre, 27 de 1997

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